El tema sobre el “performance” LGBT en los Juegos Olímpicos y la pintura que se representó sigue generando mucha conversación y especulación. Aunque algunos espectadores creyeron que la puesta en escena se inspiraba en “La Última Cena” de Leonardo da Vinci, esto no es correcto.
Thomas Jolly, director del desfile de los deportistas por el Sena, negó este domingo haberse inspirado de ese icónico momento del cristianismo, versionado en numerosísimas ocasiones en la historia del arte.
“No fue mi inspiración. Creo que resulta bastante claro que se trata de Dioniso y que este llega a la mesa al tratarse del dios griego de la festividad y del vino”, así como "el padre de Secuana, que es la diosa vinculada al río Sena”, explicó Jolly en el plató de BFM TV. Con estas palabras, el director de teatro y ópera francés, especialista en la dramaturgia clásica, cancela la polémica suscitada desde el viernes por la noche.
Jolly destacó que la “performance” se basó en “El Festín de los Dioses”, una pintura, de Jan Harmensz. En esa obra del pintor flamenco, la divinidad coronada en el medio, que muchos confundieron con Jesús, representa a Apolo, una de las principales divinidades griegas.
“La idea era hacer una gran fiesta pagana vinculada con los dioses del Olimpo y, por consiguiente, del Olimpismo”, dijo.